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domingo, 3 de mayo de 2015

Visita al Museo de Arte Contemporáneo de Sevilla.

El pasado viernes 17 la clase de 4º C fuimos al museo de arte contemporáneo de Sevilla. Nunca antes ninguno de nosotros habíamos ido a un museo de este estilo, por lo tanto la experiencia fue única. A continuación voy hablar del museo en sí desde mi punto de vista.

La entrada al museo es una puerta grande de madera tallada, ya que antes era un monasterio. Una vez dentro, había una sala con esculturas del antiguo monasterio y cuadros muy extraños. Parecía (y estoy completamente seguro de que realmente es así) como si los autores hubieran tirado cubos de pintura de diferentes colores al lienzo. Más adelante nos encontramos una sala que guardaba otra sala mas pequeña en el centro, con paredes de metal, y dentro tenia una escultura de un hombre en una mesa sin cabeza y desnudo. Salí de allí inmediatamente. Por lo visto a la izquierda de nuestro amigo había una tejedora, a la que claramente yo ni vi ni me arrepiento de no haberlo hecho.

Cuando abandonamos la parte anacrónica (sí, anacrónica) del museo, entramos a un extenso patio con unos hornos altísimos, si querías ver el final, tenías que doblar completamente la cabeza hacia arriba. Por el suelo había alfombras y cosas que no tenían mucho sentido.

Entramos a una exposición del viaje que hizo una mujer a Brasil. Había un par de cosas interesantes, como un texto explicando el comercio de cabezas que hay por la zona donde estuvo, un jardín cerrado en el que se podía apreciar un árbol y dos bombillas colgadas a sus lados y una televisión que proyectaba un vídeo del mar. Al lado teníamos unos cascos en los cuales resonaba el mar. Era muy relajante, raro, pero relajante.
Lo demás de esa parte del museo eran fotos o artículos del viaje de esta señora. También recuerdo una sala con unas maquetas de la ciudad de Brasil. En lugar del Cristo Redentor podías observar una especie de... ¿trozo de tela? ¿Palo? No tengo muy claro que era pero definitivamente no era el Cristo. Llamaba mucho la atención debido a que era muy grande y colorido. Y eso era lo que buscaba su creadora. Lo primero en lo que se fijaría ella al llegar a Brasil sería en el Cristo y ella lo representó de esa forma para conseguir esa sensación de asombro en su exposición.

 Pero lo mejor estaba al final. Me rezagué de mi grupo mirando las maquetas de la ciudad, que estaban muy conseguidas. Cuando me percaté de que estaba solo me metí en la ultima sala y no os podéis imaginar lo que me encontré. Estaban todos atónitos mirando a una pantalla donde aparecían mujeres desnudas. Adoptaban una pose y permanecían inmóviles durante 1 minuto. Mujeres. Desnudas. Completamente desnudas. No dejaba nada a la imaginación, creedme. Nos reímos todos juntos muy incómodamente  y continuamos la travesía preguntándonos: ¿Qué?

La parte del museo que viene ahora era la más densa, así que solamente contaré las obras que me parecieron más... curiosas.

En una sala podíamos apreciar dos cosas: una silla con una cola y una máquina expendedora de bolas, como las que ponen en los bares, pero más grande y con balones y globos terráqueos en su interior. La máquina vale, no se que quiere expresar pero vale, de acuerdo, pero ahora... ¿una silla con cola? ¿Qué? Me quedé un rato admirándola haciéndome el modernillo y el interesante, como si supiera lo que estoy viendo.

Ya casi terminando vimos una sala donde se exponían unos cuadros de arte que sinceramente sí me gustaron y mas o menos entendí. En uno de ellos aparecía un hombre pintando unas rayas sin ningún sentido, imitándolo de una televisión que él estaba viendo. Capté enseguida el mensaje ya que suelo quejarme mucho de eso. Lo que quería contarnos es como los medios de comunicación, la sociedad actual, influye en nuestra forma de pensar y nuestra forma de ser. El hombre estaba haciendo lo que la caja tonta decía. Es una realidad que ocurre en nuestros días y eso me entristece. Hay que ser uno mismo y no tener miedo de hacer lo contrario que te digan si sabes que no es lo correcto o si simplemente no va acorde con tu forma de pensar. No te dejes influir.

Y para terminar, lo ultimo que vi fue un vídeo que me llamo mucho la atención, y no para bien. Se titula The Goat (La cabra, para los que van mal en inglés). En el corto se puede ver a una señora vestida con un traje de flamenco y tacones sosteniendo una bolsa que simulaba a una cabra sin cabeza. La mujer “bailaba” mientras la bolsa en sus manos chorreaba sangre. La señora se llenaba de sangre y se caía pero ella seguía moviéndose. Mientras, gracias a unos cascos que había, escuchabas una canción mas rara aún. Cuando terminó, me quite los cascos muy lentamente, me aseguré de que nadie me había visto y me fui. No sé qué se quiere representar con eso o si hay algún mensaje que no capté. Era muy extravagante y transmitía inseguridad y un poco de asco, me atrevería a decir.


Y esas han sido mis experiencias. Me ha gustado muchísimo y estaría encantado de volver a repetirlo. Se lo recomiendo a todo el mundo. Sobre todo a los que nunca han visto museos de este estilo. Como he dicho al principio, es una experiencia única. Incluso, desde el día en el que fui al museo veo la vida de una forma distinta. Me fijo mas en todo lo que me rodea. Por favor, denle una oportunidad a esta clase de cosas. Gracias.

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