El pasado viernes
17 la clase de 4º C fuimos al museo de arte contemporáneo de Sevilla. Nunca
antes ninguno de nosotros habíamos ido a un museo de este estilo, por lo tanto
la experiencia fue única. A continuación voy hablar del museo en sí desde mi
punto de vista.
La entrada al museo
es una puerta grande de madera tallada, ya que antes era un monasterio. Una vez
dentro, había una sala con esculturas del antiguo monasterio y cuadros muy
extraños. Parecía (y estoy completamente seguro de que realmente es así) como
si los autores hubieran tirado cubos de pintura de diferentes colores al
lienzo. Más adelante nos encontramos una sala que guardaba otra sala mas
pequeña en el centro, con paredes de metal, y dentro tenia una escultura de un
hombre en una mesa sin cabeza y desnudo. Salí de allí inmediatamente. Por lo
visto a la izquierda de nuestro amigo había una tejedora, a la que claramente
yo ni vi ni me arrepiento de no haberlo hecho.
Cuando abandonamos
la parte anacrónica (sí, anacrónica) del museo, entramos a un extenso patio con
unos hornos altísimos, si querías ver el final, tenías que doblar completamente
la cabeza hacia arriba. Por el suelo había alfombras y cosas que no tenían
mucho sentido.
Entramos a una
exposición del viaje que hizo una mujer a Brasil. Había un par de cosas
interesantes, como un texto explicando el comercio de cabezas que hay por la
zona donde estuvo, un jardín cerrado en el que se podía apreciar un árbol y dos
bombillas colgadas a sus lados y una televisión que proyectaba un vídeo del
mar. Al lado teníamos unos cascos en los cuales resonaba el mar. Era muy
relajante, raro, pero relajante.
Lo demás de esa
parte del museo eran fotos o artículos del viaje de esta señora. También
recuerdo una sala con unas maquetas de la ciudad de Brasil. En lugar del Cristo
Redentor podías observar una especie de... ¿trozo de tela? ¿Palo? No tengo muy
claro que era pero definitivamente no era el Cristo. Llamaba mucho la atención
debido a que era muy grande y colorido. Y eso era lo que buscaba su creadora.
Lo primero en lo que se fijaría ella al llegar a Brasil sería en el Cristo y
ella lo representó de esa forma para conseguir esa sensación de asombro en su
exposición.
Pero lo mejor estaba al final. Me rezagué de
mi grupo mirando las maquetas de la ciudad, que estaban muy conseguidas. Cuando
me percaté de que estaba solo me metí en la ultima sala y no os podéis imaginar
lo que me encontré. Estaban todos atónitos mirando a una pantalla donde
aparecían mujeres desnudas. Adoptaban una pose y permanecían inmóviles durante
1 minuto. Mujeres. Desnudas. Completamente desnudas. No dejaba nada a la
imaginación, creedme. Nos reímos todos juntos muy incómodamente y continuamos la travesía preguntándonos:
¿Qué?
La parte del museo
que viene ahora era la más densa, así que solamente contaré las obras que me
parecieron más... curiosas.
En una sala
podíamos apreciar dos cosas: una silla con una cola y una máquina expendedora
de bolas, como las que ponen en los bares, pero más grande y con balones y
globos terráqueos en su interior. La máquina vale, no se que quiere expresar
pero vale, de acuerdo, pero ahora... ¿una silla con cola? ¿Qué? Me quedé un rato
admirándola haciéndome el modernillo y el interesante, como si supiera lo que
estoy viendo.
Ya casi terminando
vimos una sala donde se exponían unos cuadros de arte que sinceramente sí me
gustaron y mas o menos entendí. En uno de ellos aparecía un hombre pintando
unas rayas sin ningún sentido, imitándolo de una televisión que él estaba
viendo. Capté enseguida el mensaje ya que suelo quejarme mucho de eso. Lo que
quería contarnos es como los medios de comunicación, la sociedad actual,
influye en nuestra forma de pensar y nuestra forma de ser. El hombre estaba
haciendo lo que la caja tonta decía. Es una realidad que ocurre en nuestros
días y eso me entristece. Hay que ser uno mismo y no tener miedo de hacer lo
contrario que te digan si sabes que no es lo correcto o si simplemente no va
acorde con tu forma de pensar. No te dejes influir.
Y para terminar, lo
ultimo que vi fue un vídeo que me llamo mucho la atención, y no para bien. Se
titula The Goat (La cabra, para los
que van mal en inglés). En el corto se puede ver a una señora vestida con un
traje de flamenco y tacones sosteniendo una bolsa que simulaba a una cabra sin
cabeza. La mujer “bailaba” mientras la bolsa en sus manos chorreaba sangre. La
señora se llenaba de sangre y se caía pero ella seguía moviéndose. Mientras,
gracias a unos cascos que había, escuchabas una canción mas rara aún. Cuando
terminó, me quite los cascos muy lentamente, me aseguré de que nadie me había
visto y me fui. No sé qué se quiere representar con eso o si hay algún mensaje
que no capté. Era muy extravagante y transmitía inseguridad y un poco de asco,
me atrevería a decir.
Y esas han sido mis
experiencias. Me ha gustado muchísimo y estaría encantado de volver a
repetirlo. Se lo recomiendo a todo el mundo. Sobre todo a los que nunca han
visto museos de este estilo. Como he dicho al principio, es una experiencia
única. Incluso, desde el día en el que fui al museo veo la vida de una forma
distinta. Me fijo mas en todo lo que me rodea. Por favor, denle una oportunidad
a esta clase de cosas. Gracias.